Terapia a láser MicroPulse, una opción para el tratamiento de la retinopatía serosa central
Un cirujano explica cómo se mejora la visión de una manera rápida y eficiente, sin la pérdida del epitelio pigmentario de la retina y los fotorreceptores.
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La retinopatía serosa central, o RSC, es una enfermedad idiopática que se caracteriza por un derrame vascular focal a través del epitelio pigmentario de la retina y que puede desencadenarse o agravar por el uso de corticosteroides o el estrés. Esto resulta en el desprendimiento seroso de la retina neurosensorial. Si bien esta enfermedad, por lo general, se autolimita y resuelve con una buena agudeza visual, entre el 33% y 50% de los casos puede derivar en una RSC crónica, lo que puede llevar a una atrofia epitélio pigmentario de la retina progresiva y una deficiencia visual permanente. Por lo general, las opciones de tratamiento incluyen diversas medicaciones de uso tópico y orales, la terapia fotodinámica, la fotocoagulación láser y las inyeccciones anti-VEGF.
Se han utilizado los inhibidores de la anhidrasa carbónica sistémicos (acetazolamida), los antagonistas de los receptores adrenérgicos (metoprolol, propranolol), los antagonistas de la hormona esteroide (ketoconazol, mifepristona, finasterida, eplerenona) y la dorzolamida tópica con diferentes grados de éxito, aunque con una eficacia reducida en el tiempo. De manera similar, la PDT y la fotocoagulación a láser resultaron existosas en el tratamiento de los síntomas de RSC, a pesar de algunos efectos secundarios negativos. Si bien la PDT muestra resultados satisfactorios y reducción en la exudación coroidea, puede causar fotosensibilidad e hipoperfusión coroidea. La fotocoagulación láser puede identificar y sellar los puntos de derrame; no obstante, el tratamiento puede originar escotomas centrales o paracentrales, pérdida de la sensibilidad de contraste, daño foveal, distorsión de la retina y daño térmico a los fotoreceptores.
En algunos estudios de caso e informes, las inyecciones de Avastin (bevacizumab, Genentech) demostraron ser efectivas en determinados casos de RSC. Sin embargo, en Colombia, los tratamientos con inyecciones no son una práctica común debido a la escasez de evidencia clínica definitiva de la eficacia. También existe un período de espera con el fin de obtener la aprobación para este tratamiento. En lugar de esperar por la aprobación de las inyecciones, trato a mis pacientes de inmediato con la terapia a láser MicroPulse (Iridex).
Terapia a láser MicroPulse
MicroPulse es una modalidad a láser concentrada que rompe el láser de onda continua en pulsos cortos. Esto otorga tiempo para enfriar el tejido entre pulsos y permite el tratamiento de células sin daño colateral. Además, el láser provoca una respuesta biológica que puede resultar en la reabsorción del líquido subretiniano mediante la restauración de las células EPR. La potencia del láser, el tamaño del área y el ciclo de trabajo, o el tiempo de láser activo, se pueden regular, lo que ofrece al cirujano un mayor control (Figura 1).
Técnicas del tratamiento
Una vez que el paciente tuvo una angiografía y OCT, y hemos obtenido un diagnóstico de RSC, programo de inmediato el procedimiento a láser. El tratamiento se realiza con el láser de longitud de onda amarillo IQ 577 (Iridex). La oxihemoglobina en el epitélio pigmentario de la retina (EPR) absorbe 577 nm de luz amarilla mejor que cualquier otra longitud de onda, lo que hace que este láser sea ideal para el tratamiento de la RSC. Los efectos del láser tienden a localizarse en el EPR dado que las xantofilas de la retina han limitado la absorción de luz amarilla, lo que asegura una mayor protección de la fóvea.
El tratamiento comienza con una “prueba T” a fin de determinar el nivel de potencia correcto. Para hacerlo, comenzamos con una potencia de onda continua de 60 mW, se apunta a un sitio fuera del área macular y luego se comienza a tratar hasta que se observa una ligera quemadura. Una vez que obtenemos una marca, cambiamos a MicroPulse y multiplicamos la potencia por cuatro (por ej., si obtenemos una quemadura con 80 mW, usamos 320 mW). Por lo general, utilizo un nivel de potencia de 400 mW y aplico un patrón de cuadrícula de 7 × 7 con escaneo láser TxCell sobre toda la mácula para todos los pacientes, independientemente del desprendimiento epitelial. Utilizo un ciclo de trabajo del 5%, un tamaño de área de 200-µm, la cuadrícula 7 × 7 sin espacios entre las áreas y una potencia de 400 mW con una duración de 200 milisegundos. También utilizo un lente macular 1× (Ocular Instruments). Luego del tratamiento, el paciente regresa por una nueva angiografía y OCT, y, según sea necesario, se determina una acción adicional.
Antes de la adquisición del láser MicroPulse, por lo general, demoraba el tratamiento hasta que se determinara si los problemas de RSC se resolverían de manera espontánea. Sin embargo, si esto no sucedía, podían producirse daños en el EPR. Se necesitaría entonces un láser convencional. Si el derrame se producía en más de 500 µm desde la fóvea, lo trataba con espironolactona (un diurético) o bloqueadores beta. Sin embargo, ninguno de mis pacientes tuvo una mejoría real con los bloqueadores beta, y solo una minoría notó mejorías con el láser.
Según mi experiencia, la terapia a láser MicroPulse mejora la visión de una manera rápida y eficiente sin causar daños y sin riesgo de pérdida del EPR y los fotoreceptores. Ya no necesito “esperar y ver,” lo que posiblemente permita que las condiciones de los pacientes se vuelvan crónicas al punto de la pérdida de la visión. Desde la implementación de MicroPulse para el tratamiento de la RSC en mi práctica, he realizado más de 280 tratamientos y continuaré con esta modalidad con el fin de brindar la mejor atención a mis pacientes.
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- Para obtener más información:
- El Dr. Munir Escaf es oftalmólogo y cirujano en el Centro Oftalmológico Carriazo en Barranquilla, Colombia. Información de contacto, correo electrónico: mescaf@carriazo.com.
Divulgación: Escaf informa que es orador de Iridex.