September 01, 2015
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Presentación de spectrum y administración de quistes del iris

Los quistes del iris pueden ser primarios o secundarios. Los primarios pueden ser de tipo epitelial o estromal.

Los quistes del iris son lesiones benignas que aparecen en los tejidos del iris y se estudian clínicamente en quistes o en otras formas más avanzadas. Los quistes del iris primarios pueden ser de tipo epitelial o estromal, de acuerdo a sus características clínicas. Los quistes epiteliales se forman entre las capas del epitelio pigmentario del iris. Pueden ser centrales, periféricos o de zona media (en relación con la pupila). Los quistes estromales se forman en el estroma y no se conectan con el epitelio posterior. Aparentemente surgen de una superficie epitelial ectópica, que queda atrapada en el iris durante el desarrollo embrionario. Los quistes secundarios aparecen como consecuencia de un traumatismo o una cirugía ocular.

Dhivya Ashok Kumar
Amar Agarwal

Quiste recurrente en niños: A una niña de 3 años con visión disminuida desde el nacimiento le diagnosticaron un quiste en el iris luego de un examen bajo anestesia. Se sometió a dos cistostomías y tuvo la misma recurrencia luego de ambos procedimientos. En la biomicroscopía de ultrasonido (UBM), el quiste medía unos 5 mm por 6 mm. Había adherencias en la córnea y cicatrices. La presión mecánica producida por el quiste del iris hacía que el lente se incline y genere cataratas en el ojo. La cistectomía de la paciente se realizó mediante las técnicas de lensectomía e iridectomía en bloque, bajo anestesia general (Figuras 1a a 1f). Le implantaron un lente intraocular (LIO) sin sutura. En caso de que la córnea se descompense en el futuro, podría ser necesaria una queratoplastia. El período postoperatorio mostró un edema corneal leve y un LIO adherid perfectamente centrado.

Foto de quiste del iris preoperatorio (a). Retractores de iris colocados y cistostomía realizada con vitreótomo (b). Lensectomía, iridectomía y cistectomía con extirpación en bloque (c y d). Lente intraocular (LIO) sin sutura implantado (e). Burbuja de aire inyectada y colgajo escleral cerrado (f).

Imagenes: Agarwal A

Quiste del iris que causa inclinación del LIO: Un paciente de 60 años consultó por tener visión borrosa durante los últimos 6 meses. Había sido intervenido quirúrgicamente por cataratas 3 años antes. En un examen oftalmológico vieron que tenía un quiste grande en el epitelio. Había invasión endotelial, y un edema en la córnea (Figura 2). La OCT mostró que el quiste hacía presión en el LIO de cámara posterior, lo que había provocado una inclinación del LIO. El paciente se sometió a una cistectomía bajo anestesia local.

Quistes del iris postqueratoplastia: Una paciente de 18 años consultó por una historia de visión borrosa. A los 10 años le habían hecho una queratoplastia penetrante por queratóconos. En el examen oftalmológico, la mejor agudeza visual corregida (BCVA) era 20/30 en el ojo derecho y 20/80 en el ojo izquierdo. En estudios anteriores, 6 meses antes aproximadamente, la BCVA de la paciente era de 20/40 en el ojo izquierdo. Había un quiste en la zona inferior del iris, que aparecía en contacto con el injerto de endotelio corneal y un edema corneal leve (Figura 3). Le hicieron una cistostomía con láser Nd-YAG y luego le administraron corticosteroides orales durante 2 semanas. Luego le administraron corticosteroides tópicos y lubricantes durante 1 mes. 2 meses después de la cirugía, tenía la córnea clara con un BCVA de 20/40.

Quiste del iris grande y seroso en contacto con el endotelio corneal (a y c). Quiste presionando el LIO que induce su inclinación (b).
Quiste del iris y edema corneal luego de queratoplastia penetrante (a). Luego de cistostomía con láser Nd-YAG (b). Biomicroscopía de ultrasonido que muestra el quiste in situ toque con el injerto corneal (c y d).
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Quiste del iris asintomático: Los quistes del iris pueden estar en el ojo durante mucho tiempo sin la aparición de ningún síntoma en el paciente. Los pacientes que se hacen una exploración oftalmológica de rutina por cirugías refractivas o de cataratas suelen tener quistes asintomáticos (Figura 4). Sin embargo, no es necesario quitar estos quistes del iris. Pueden ser grandes y tener forma de herradura (Figura 5). Los quistes grandes que están en contacto pueden inducir un efecto pinhole. El epitelio pigmentario posterior del iris puede simular un melanoma.

Diagnóstico y complicaciones

Imagen de quistes de iris asintomáticos y UBM en un paciente con exploración oftalmológica preoperatoria de LASIK (a y b) y en pacientes con exploración oftalmológica por cataratas (c y d).
Quiste asintomático grande con forma de herradura provocando un efecto pinhole.

Clínicamente, los quistes del iris se pueden ver de forma clara en la lámpara de hendidura. Sin embargo, siempre es necesaria una confirmación con otras modalidades de imágenes como una UBM o una OCT de segmento anterior. La UBM muestra paredes gruesas que se ven más ecogénicas (hiperecoicas) debido al epitelio pigmentario o menos ecogénicas (hipoecoicas) dependiendo del contenido de fluido interno. La UBM es mejor que la OCT en estos casos porque la luz infrarroja no puede traspasar el epitelio del iris. Los quistes del iris pueden ser una fase inicial silenciosa y luego inducir una iridociclitis o un glaucoma (de ángulo cerrado). Los quistes del iris crónicos inducen a una descompensación endotelial debido al roce con la córnea y pueden causar una opacidad corneal. En caso de lesiones sospechosas, es recomendable una IRM. En casos asintomáticos puede ayudar la observación y un diagnóstico temprano. Sin embargo, cuando existen complicaciones que ponen en peligro la visión, es recomendable extraerlo por cirugía o mediante una cistostomía con láser.

Divulgación: Agarwal informa que es consultor de STAAR Surgical. Kumar no tiene intereses financieros relevantes para divulgar.