Fijación escleral: Una opción para LIOs tóricos de una pieza
Dos casos informan posibilidades demostradas de esta novedosa técnica para evitar la explantación de los LIOs.
Puede obtenerse un buen centrado del lente con fijación escleral cuando un apoyo capsular malo descentra un LIO de una pieza inicialmente colocado dentro del saco capsular.
En dos pacientes, los lentes quedaron estables, a partir de un seguimiento 30 meses después, informaron el Dr. J. Bradley Randleman, editor en jefe de Journal of Refractive Surgery y sus colegas en el artículo.
Existen beneficios potenciales específicos para pacientes con LIOs tóricos de una pieza, que de otro modo no tendrían opciones para fijar el lente y necesitarían un cambio de LIO invasivo, con lo que se perdería el beneficio del LIO tórico, explicó Randleman.
“El reposicionamiento del LIO es una aventura cada vez que se presenta un caso, porque la cirugía tiene un lado desconocido,” dijo. Sin embargo, los autores del estudio no abogaron a favor de la fijación escleral planificada para un LIO tórico de una pieza.
Selección de pacientes, técnica
En los dos pacientes, inicialmente se colocó un LIO tórico de una pieza (serie SN6AT, Alcon Laboratories) dentro del saco capsular, pero el lente quedó descentrado por un apoyo capsular inadecuado.
“En lugar de crear una incisión de túnel tradicional en dirección a la córnea, el bolsillo escleral invertido (descrito por el Dr. Richard Hoffman por primera vez) se hace como una incisión escleral de grosor parcial que comienza en el limbo y luego se aleja de la córnea,” dijo Randleman. Una sutura no disoluble de 10-0 captura y fija las hápticas del lente con una forma de lazo, y las suturas quedan enterradas en los bolsillos esclerales.
Randleman dijo que debe seleccionarse cuidadosamente a los pacientes para una fijación escleral.
“Aunque esta técnica es muy prometedora para fijar los LIOs, puede haber otras alternativas que incluyen la fijación del iris o técnicas de adhesión para LIOs de tres piezas,” comentó.
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Randleman reconoce al Dr. Samuel Masket, coautor y cirujano en uno de los dos pacientes, como un pionero de la técnica quirúrgica moderna del lente y una inspiración para esta técnica en particular.
En el primer paciente, una mujer de 68 años con una refracción manifiesta de –10.0 +4.0 × 85 antes de la cirugía de cataratas obtuvo una mejora de –0.75 +1.50 × 120 en los 4 meses posteriores al reposicionamiento del LIO. El segundo paciente fue una mujer de 81 años cuya agudeza visual lejana con mejor corrección se veía limitada por degeneración macular relacionada a la edad. Seis semanas después de la operación, su refracción manifiesta era de –1.25 +0.75 × 170.
Pasos inusuales
Una de las maniobras únicas de la cirugía usada en la fijación escleral es la construcción de la herida.
Y un segundo paso poco usual es el pasaje de la aguja desde el lado opuesto de la córnea, tanto por debajo de la háptica del LIO como por encima de esta, e insertar esa aguja en una aguja de calibre abierto, dijo Randleman.
“No es un paso difícil, pero es algo muy diferente de la mayoría de lo que hacemos en nuestros casos intraoculares,” comentó.
Randleman recomendó mirar videos disponibles en línea en Healio.com/ophthalmology y en el sitio web de International Society of Refractive Surgery, www.isrs.org.
“Siempre encontré que el video es la manera más efectiva de aprender técnicas nuevas si no puedo estar ahí en persona,” dijo.
Pero a pesar de su utilidad potencial, se mantiene la controversia acerca del uso de la técnica para LIOs de una sola pieza.
“Con cualquier fijación de sutura para LIOs, siempre queda la inquietud a largo plazo de que la sutura se rompa y el LIO se desplace,” dijo. “Sin embargo, si esto ocurriera en el futuro, sentimos que un cirujano seguiría teniendo las mismas opciones para reparar el problema que las que estaban disponibles en el momento en que realizamos esta técnica de fijación escleral.”
Randleman también recomendó que los clínicos continuaran buscando nuevas técnicas quirúrgicas para ofrecer opciones de reparación razonables a sus pacientes en caso de que los LIOs queden mal posicionados. – por Bob Kronemyer
- Referencias:
- Emanuel ME, et al. J Refract Surg. 2013;doi:10.3928/1081597X-20130117-10.
- Información de contacto de Dr. J. Bradley Randleman: Emory Vision, 875 Johnson Ferry Road, Suite 100, Atlanta, GA 30342, EE.UU.; +1-404-778-2264; correo electrónico: jrandle@emory.edu.
Divulgación: Randleman no tiene intereses financieros en este estudio; y como editor en jefe del Journal of Refractive Surgery, no participó en la revisión editorial del texto original.