Se necesita más educación sobre la DMRE en Latinoamérica
Una cumbre enfocada en el diagnóstico y el tratamiento de la degeneración macular exudativa relacionada a la edad.
En marzo, en la cumbre en Bogotá, Colombia, Pan-American Retina and Vitreous Society y Angiogenesis Foundation se juntaron para discutir la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la degeneración macular relacionada a la edad en Latinoamérica.
Es posible que el público no conozca muy bien la DMRE a diferencia de otras dolencias en los ojos, pero es la causa principal de pérdida de la visión y ceguera en adultos mayores de 65 años, según el informe preliminar de la coalición.
Los latinoamericanos de 65 años o mayores representan el 6.3% de la población en el 2005 y se prevé que se triplique al 18.5% de la población para el año 2050. Hay campañas de concientización, como el día de la visión y la semana de concientización en DMRE en Colombia, pero un evento más grande en toda la región podría producir una mayor comprensión y una mejora en la detección temprana. Los médicos, los pacientes, los políticos, las empresas farmacéuticas y los medios de comunicación deberían involucrarse en estas actividades.
Debido a que el período de tratamiento para la DMRE es relativamente corto, demoras como las restricciones a los servicios de salud, la falta de conocimiento público, los altos costos y el acceso limitado a las herramientas de diagnóstico pueden tener un gran impacto en la visión de los pacientes.
La cumbre Latin American Wet AMD Coalition Expert Summit, en sociedad con Pan-American Retina and Vitreous Society, fue convocada como la primera de una serie de cumbres regionales. La reunión constó de 12 líderes latinoamericanos en el tratamiento de la DMRE y la ciencia transicional. No fue una reunión científica “tradicional,” sino una con presentaciones cortas y una mesa de discusiones, según el informe.
Los participantes de la cumbre dijeron que se debería educar a los pacientes sobre la progresión de la DMRE para que entiendan cómo los tratamientos importantes mantienen la visión. También, es vital que comprendan los tratamientos disponibles y las inyecciones, poco probables, necesarios para restaurar por completo la visión que ya se había perdido. Muchos pacientes no regresan a un segundo tratamiento cuando no ven una mejora inmediata en la visión después del primer tratamiento. También se necesita discutir el uso de Lucentis (ranibizumab, Genentech) en comparación con Avastin (bevacizumab, Genentech), que se utiliza fuera de lo indicado en la etiqueta para tratar la DMRE debido a su bajo costo, pero que presenta algunas preocupaciones sobre la seguridad.
Se deben realizar estudios epidemiológicos e investigaciones relacionados con el tratamiento anti-VEGF, la patogénesis y la progresión para obtener conocimiento sobre la población latinoamericana afectada con esta enfermedad. La investigación podría llevar a una mejor comprensión de los proveedores de los servicios de salud y a los políticos para mejorar su compromiso con el proceso de tratamiento. Los políticos podrían levantar algunas de las barreras que no permiten que los pacientes reciban el cuidado a tiempo, y los gobiernos podrían ayudar a solventar el costo de los tratamientos anti-VEGF o una sociedad pública-privada entre gobiernos, organizaciones de pacientes y fabricantes farmacéuticos para desarrollar una nueva solución.
Actualmente, Latinoamérica no cuenta con suficientes profesionales de servicios de salud capacitados para manejar la demanda de detección de DMRE, según el informe. Cuando el primer tratamiento efectivo estaba disponible, los especialistas en retina se sintieron abrumados y no pudieron brindar un cuidado óptimo para el incremento de pacientes. Además, se necesitan más y mejores equipos de diagnóstico. La expansión del uso de tecnologías de telemedicina podría ayudar a abordar algunas de las demandas en aumento para la detección de DMRE hasta que disminuya el costo del equipo y se repartan ampliamente las herramientas.
Los optometristas y los médicos no especializados en retina con grandes grupos de pacientes ancianos deberían poder detectar señales y síntomas de la DMRE temprano. De no ser así, se necesita un programa de capacitación en diagnóstico para educar sobre cuándo derivar un paciente a un especialista en retina para realizar un examen de seguimiento o tratamiento.
Se deben establecer las pautas de tratamiento que se utilizan universalmente para ayudar en los análisis de diagnóstico y analizar los riesgos y los beneficios en los pacientes. Con nuevas pautas establecidas, puede haber mejoras en pacientes que ingresan en el sistema de tratamiento.
La mayoría de los latinoamericanos recibe los servicios de salud a través del gobierno o programas de seguridad social que podrían brindar solo acceso limitado a un tratamiento a tiempo para la DMRE exudativa o posiblemente ningún tratamiento. Los participantes de la cumbre acordaron que los pacientes necesitan un acceso completo al tratamiento anti-VEGF con licencia y acceso a rembolsos por tratamientos a tiempo del seguro social y, por último, es necesario el compromiso total del paciente. Además, se necesita mejorar la comunicación entre los médicos que tratan a pacientes con comorbilidades, como hipertensión, colesterol alto, ateroesclerosis, artritis, cardiopatía coronaria, cataratas y glaucoma, teniendo en cuenta cómo estas enfermedades afectan el progreso de la DMRE y la respuesta al tratamiento.
En el futuro, el tratamiento anti- VEGF intravítreo necesitará ser más prolongado y menos invasivo, con poco o ningún costo para el paciente para lograr un tratamiento de la DMRE exitoso. Los tratamientos orales o las gotas oculares podrían considerarse una opción para reducir la carga del tratamiento y disminuir el costo del tratamiento para el paciente y el sistema de servicios de salud. –por Cheryl DiPietro
Referencia:
- Pan-American Retina and Vitreous Society y Angiogenesis Foundation. Advocating for improved treatment and outcomes for wet age-related macular degeneration: A report based on a Latin American expert summit. Bogotá, Colombia; 10 de marzo de 2012.